JORGE DI LELLO: EL FISCAL QUE EJERCE
DOS CARGOS EN FORMA SIMULTÁNEA
El fiscal federal Jorge Di Lello sostuvo que ninguna norma prohibe a Daniel Scioli y a Sergio Massa presentarse como candidatos y que, una vez electos, puedan renunciar a ocupar sus bancas. "Lo esencialmente prohibido por la ley es la simultaneidad de funciones, es decir el ejercicio al mismo tiempo de dos cargos", sostuvo el fiscal al recordar el fallo de 1988 de la Cámara Nacional Electoral que ahora debe resolver la cuestión.
Es cierto lo que dice el fiscal Di Lello lo que no está implícitamente aprobado o prohibido por la ley no puede ser impugnado, pero a él le caben las generales de la ley y podría muy bien ser impugnado por ocupar dos cargos en forma simúltanea, el de fiscal federal y el de "alcahuete" del Poder Ejecutivo Nacional. A uno de estos dos debería renunciar seguramente.
Si bien el fiscal federal se aferra a lo que no dice la ley, carece de moral y de ética para ejercer su función y si sobre esta particularidad no dice nada la ley, es preciso recordarle que tanto él como cualquier otro abogado durante la ceremonia de entrega de diplomas han jurado por defender el prestigio de la profesión que precisamente se basa en cuestiones morales y éticas, además del conocimiento necesario para ejercicio de la misma. Peor aún cuando, hoy, asistimos sorprendidos a esta desfachatada sugerencia para presionar a la Cámara que, por supuesto, transgrede la credibilidad de su función ante la opinión pública.
No merece un personaje de esta catadura ocupar la función de fiscal porque aún cumpliendo con "lo que no dice la ley" no parece estar preparado para analizar las consecuencias de su recomendación mendaz que sin duda no arrastra ningún tipo de valoración académica sino su deseo personal de satisfacer las ansias de poder de determinados personajes de nuestra actualidad y que tal como sucedió en el período comprendido entre 1989 y 1999 (Carlos Menem), se valieron de mil argucias legales para avasallar las normas jurídicas que se oponían a sus designios e incluso las de la propia Constitución Nacional, tal es el grado de barbarie jurídica a que se ha llegado en la decadente Argentina de nuestros días.
Conocer antes de ir al cine el final de la película, es decir, votar al que no ejercerá el cargo por el que fue votado, por más que no lo diga la ley, aquí y en la China es inmoral y de esto se trata el problema aunque la ley lo permita y lo avale este fiscal servicial a los requerimientos del ejecutivo.
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